La vida con Sergio

Hace semanas y semanas que tengo en mente publicar un post con las impresiones que entre nosotros intercambiamos tras la conmoción de perder a Sergio. No he tenido mucho tiempo este verano. Pero quizá no haya tenido valor. Valor para enfrentarme a que ya no está. Aunque sé que lo importante es lo que hemos podido disfrutar de él. La vida sin él corresponderá a otros posts, a otros asuntos.

Aquí os dejo, como os decía, un resumen de las mil cosas que nos hemos dicho en las últimas semanas sobre Sergio, sobre la vida con Sergio.

Salud,

Ángela

Leyendo el post de jenesaispop... Ese párrafo final de 'El rey ha muerto' siempre me pareció espeluznante. Recordar cualquier letra de El niño gusano produce ese efecto: “…y la familia de mi familia invitará al hijo suplente a cenar, y mi angel guardia borrará todas las pruebas que demuestren que un día estuve allí. Qué bien sabe no existir”. A mi mente vienen las noches de estudiante universitario escuchando el Diario Pop, mi hermana y yo tocando las canciones de El Niño Gusano en casa o en las acampadas del FIB, ¡la de amigos que hicimos así! Seguro que su extenso legado sigue cumpliendo su misión. RICARDO

Hacer un análisis de lo que para mí fue El Niño Gusano me llevaría a analizar muchas cosas de mí misma que creo aún no tengo claras, ;). Más sencillo es explicar lo de La Costa Brava. Adoro la música de LCB aunque siempre he dicho que si tengo que elegir me quedo con las canciones de Fran antes que con las de Sergio. Pero, ¡qué cagada, chicos!, sin Sergio no hay Costa Brava. El vacío que deja es aterrador. Por encima de la música, Sergio pasa por mi vida ante todo como Sergio el poeta, el escritor, el hacedor de mundos imaginarios nada diferentes a los que vemos todos los días en nuestras casas o al salir a la calle. La foto de arriba corresponde a una de las primeras veces en las que Fran le decía a Sergio "¿te acuerdas de Ángela?" y él decía "pues no", me daba dos besos y soltaba alguna frase mítica de las suyas. No sé si es que de verdad no se acordaba o ya era una pose conmigo. No lo veía mucho, pero una de las últimas veces que hablé con él comentamos uno de sus relatos, uno que por alguna razón me tocó más que el resto. A los pocos días lo publicó en su blog. Era éste. Quizá se acordaba de mí más de lo que daba a entender. O no, ¿qué importancia tiene? Sea como fuere, siento que aún nos quedan muchas cosas por sentir y descubrir con Sergio Algora. ¡Nos ha dejado tanto! ÁNGELA

Recuerdo aquellos días en los que yo era sólo un adolescente de 16 años fascinado por la música cuando caminaba todas las mañanas durante media hora para ir a mis clases de informática de verano en Zaragoza. Siempre salía de mi casa con mi walkman medio roto escuchando El Niño Gusano y cantando a voz en grito. Los viernes por la tarde me reunía con Dani, un amigo del colegio, con el que hacía un programa en una radio libre del barrio y con otros amigos de la emisora y al terminar nos íbamos al Fantasma a tomarnos unas cañas y a escuchar buena música. Cuando entrábamos, veíamos a Sergio en la barra o recogiendo cosas o bailando con la música, y cuando me veía me decía “¡ya está aquí el principito!” -ya que era con diferencia el más pequeño de edad- y siempre me hacía reír. Sergio siempre encantador. Nos lo pasábamos genial hablando con él y escuchando música. ¡Cúanto le debo a ese bar durante toda su existencia!, ha sido siempre mi referente y mi segunda casa. Cada vez que paseo por esas calles me vienen a la cabeza recuerdos felices. No puedo hacer otra cosa que darle las gracias a Sergio por todos esos momentos geniales llenos de alegría y de música. SANTI

Continuación de la herida
ahora en el anónimo que escriben
las manos.
Corazón
e indice sin labios.
No hay nada escrito en la tercera página.

Extremar los cuidados en el blanco perpetuo
de los ojos,
en la nuca de la lectura.

Nada hay escrito en la cuarta.

Otra caricia en otra celda.

El último día del día con letra.

Sergio Algora - "Cielo ha muerto", 2005

Lois Casino en La Flexió Verbal 2008

Será a la 1:30 del sábado 23 de agosto (o sea, ya el domingo) en la Plaza Mariana Pineda de Denia (Alicante).

Estaremos Alberto, Ricardo y yo (Ángela).