
En una tarde de lunes de agosto lo suyo al llegar de trabajar es echarse una siesta. Pero en vez de eso estuve con SuperMamá (la mejor) fregando todas y cada una de las ventanas de mi casa (después de una obra, allí había de todo). Mientras intentaba olvidar la inminente partida de mi Patata a Barcelona (¿alguien se imagina todo lo que voy a llorar el día D?), frotaba unos cristales cubiertos de polvo y manchas con una Pepa Flores a todo volumen saliendo por los bafles.
Pepa Flores de nacimiento, la joven Marisol en los escenarios y el celuloide, Pepa Flores la comunista, Pepa Flores mujer... Uno de los(mis) pilares de la música pop en España. Producto injusto de la industria musical y cinematográfica de los 60: niña prodigio, cantante, actriz e imagen publicitaria a un precio demasiado alto para que una adolescente, sumergida en un mar de lujos, abusos y presiones, pudiera pagar durante mucho tiempo. Pero sobrevivió a aquello y, aparte del fabuloso legado audiovisual que nos dejó la Marisol niña -con sus cosas buenas, malas y peores-, evolucionó y experimentó otros registros también dignos de análisis fuera de la pureza del pop. Hasta que un buen día decidió poner fin a su relación con las tablas.
En mi 19º cumpleaños (cómo pasa el tiempo, releches) SuperPapá (otro grande) me regaló el recopilatorio 'De Marisol a Pepa Flores' que había salido ese año. Desde antes de tenerlo adoraba todas y cada una de las canciones del Disco 1, su primera etapa. Reconozco que pasé olímpicamente del Disco 2. Aunque nunca lo aparqué del todo y de vez en cuando suplía mi fondo sonoro, me parecían canciones sobrecargadas, de una época que quizá no acababa de entender o que representaban algo que me era ajeno, lejano. Hoy, mientras quitaba pegotes de pintura de cristales sonaba Pepa Flores (Disco 2) en todo su esplendor.
Y es que con los años he aprendido a amar (¿me estaré haciendo vieja?) el lado más poético, más español, más folkie de la discografía de Pepa Flores. Por la época que le tocó vivir a estas canciones los arreglos y la edición final se alejan bastante de mis gustos musicales más primarios.
Mis favoritas de Pepa Flores

El Disco 2 de este álbum contiene principalmente canciones compuestas por Manuel Alejandro, Ana Magdalena, Luis Eduardo Aute, Pedro Cobos, José Nieto y Juan Carlos Senante.
Aunque también encontramos alguna suelta de otro compositor como la fantástica '
Zamba de mi esperanza', de Luis Morales, que es un clásico de lujo del flolclore latino que tocado y cantado con la pasión necesaria reconforta oídos y espíritu en tres minutos y medio que es lo que dura la canción.
Estrella, tú que miraste,
tú que escuchaste mi padecer;
estrella, deja que cante,
deja que quiera como yo sé.
Estrella, deja que cante,
deja que quiera como yo sé.
Por supuesto el '
Tu nombre me sabe a yerba' de Serrat, que siempre me encantó, en boca de Marisol toma una personalidad con la que me identifico y emociono. Y me recorren hormiguillas por todo el cuerpo. Aunque la grabación es de 1969 se editó en el Disco 2 del álbum imagino que por el espíritu cantautor que une a todas estas canciones.
Tu nombre lo llevo atado
en un pliegue de mi talle
y en el bies de mi enagua
(adaptación de la letra original para Pepa)
Dos canciones muy divertidas de Pedro Cobos y José Nieto que me encantan son '
En la bodega del barco' y '
La trenza'.
Aunque mi madre no quiera,
cuando te vayas a Río,
en la bodega del barco me voy a meter contigo
(..)
Capitana en la bodega con manto de espuma y sal
aunque mi madre no quiera
me van a aplaudir los peces como a la reina del mar
(..)
Y aunque mi madre me mate por irme sola contigo
en la bodega del barco
te voy a hacer una banda con tela de mi vestido
EN LA BODEGA DEL BARCO
Cuando seas marinero
me vas a soltar la trenza
en tu barquito velero
Para ti, para ti toda
mi trenza y lo que le sigue
bajo el toldillo de popa
Para trenzar mi cariño
con el pelo aún no nacido
de tu amor barbilampiño
LA TRENZA
De las de Aute me quedo con '
Ay de ti, ay de mí'.
Y yo que estaba de vuelta
de todas las idas
con el alma herida
te quiero, ya ves
(..)
Ni tú ni yo somos culpables
infelices, locos que caímos en este amor
que es un error imperdonable
Ay de ti, ay de mí
Con esta canción, además, me ha pasado algo muy curioso. Yo sólo conocía esta versión, la de Pepa, que tiene un punto la mar de folclórico y ochentero. Pero hace un tiempo descubrí la de Ella Baila Sola en el homenaje '
Mira que eres canalla, Aute' (2000). Y me di cuenta de que todos estos años la había estado cantando y tocando exactamente igual a como lo hicieron las ¿hoy ausentes? Marta y Marilia. Que anda que no son simples las titis. Y es que yo, pues igual, eso de tocar, o es algo sencillito o no doy pie con bola. ;-) Tenía razón
Supervago cuando nos describió así:
"El estilo de Lois Casino puede resultar un cruce entre Vainica Doble, Nosoträsh y Ella Baila Sola, o sea, como Pauline en la Playa." Qué calada me tiene.
También me gusta, de las de Aute, '
Mirándome'.
Quédate mirándome, mirándome
no te muevas, mirándome
Déjame ver tu silueta
desnuda contra la ventana
la claridad de tu presencia
enturbia el sol a tus espaldas
Deja que grabe la malicia
de lo que dicen tus silencios
la invitación de la sonrisa
que me insinuas con tu cuerpo
Ah, y no quiero dejar sin mencionar '
Mañana marcharé', de Juan de Diego y Víctor M. Martín.
Los dos sabemos que es mejor
juntar nuestras miradas y decirnos adiós
robar el tiempo en que inventamos el amor
gritar: "todo se acabó"
Y por último el '
Háblame del mar, marinero' de Manuel Alejandro y Ana Magdalena. Con esa guitarra
españolísima, tan castiza y tan fresca a la vez, y esa declaración de amor al mar y esa impotencia por no estar cerca de él.
Dicen que el barco navega
enamorado del mar
buscando sirenas va
buscando sirenas nuevas
que le canten al pasar
dicen que el barco navega
enamorado del mar.
Háblame del mar, marinero
dime si es verdad lo que dicen de él
desde mi ventana no puedo yo verlo
desde mi ventana el mar no se ve.
Lo que sí aseguro es que cantar estos temas con la emoción suficiente como para liberar adrenalina desestresa cosa fina. Y me encanta.
A mi teoría del pacto con el Diablo que Pepa Flores hizo cambiando el anonimato por su voz (sí, lo he dicho mil veces, que ahora la tiene Eva Amaral y no, no estoy loca) voy a unir que su cara se la dio a Julia Stiles. ¿Qué? Me vais a negar ahora que la Stiles no se parece a Marisol a sus veintipocos, ¡anda ya! :-)
Siento ser tan losa. :-S
Besines.