Olvidaba contar
Olvidaba contar que la semana pasada asistí al homenaje que la embajada de Colombia daba a la escritora Ángela Becerra, dentro de los actos programados por la festividad nacional de este país. Ángela Becerra consiguió el premio Azorín 2005 de novela de ficción por ‘El penúltimo sueño’, así como el Latin Literary Award de 2004 con ‘De los amores negados’. Se ensalza así como una de las autoras más populares a nivel internacional de novela de ficción y, más en concreto, de novela romántica.
El acto, presidido por la embajadora de Colombia, consistió en la lectura dramatizada de algunos fragmentos de su última novela, música en directo a cargo del pianista Héctor Guerrero y un montaje en vídeo y diapositivas que acompañaba en todo momento a la historia. Muy interesantes en su sencillez algunos elementos escenográficos, que iban más allá del propio espacio habitualmente destinado a ellos: un velo de tul blanco que se extendía enmarañado desde lo cuerpos cadáveres de una pareja de ancianos hasta la propia entrada del teatro.
Es irremediable que la historia contada en ‘El penúltimo sueño’ me recuerde a ese ‘Son de mar’ de Manuel Vicent que tanto me emocionó en su momento. Una historia de amor truncada que vuelve a juntar a sus protagonistas en un marco totalmente diferente años después. ‘Son de mar’ transcurre en Circea, una ciudad ficticia bañada por el Mediterráneo que en realidad conozco más que bien. La descripción de sus calles, del bario pesquero, de las cuevas, del monte, del sanatorio de leprosos… todo tan bien detallado que no es difícil reconocer la localidad que tomó como modelo.
Unos años después, Bigas Luna destrozó una historia mágica en su adaptación cinematográfica del libro. Mal. Fatal. Pero le doy una matrícula de honor al cásting, que no podía ser más perfecto. Leyendo a M.Vicent me los imaginé a ellos sin saber que algún día pudiera existir una película basada en el libro: Leonor Watling, Jordi Mollá y Eduard Fernández.
Leonor Watling es como mi madre de joven, aunque la de mi sangre en una versión algo más reducida que la primera (pero con un corazón inmenso). El viernes pasado fui a verla junto al resto de los Marlango en Conde Duque. Qué maravilla. Os dejo un enlace a su versión en directo de ‘Vete’, que vale la pena prestarle un poquito de atención.
Y este finde, más música en Summercase (Cardigans, Belle&Sebastian, Massive Attack, Dirty Pretty Things…) y el sábado sesión de DjSupervago. Ya os contaré.
P.D.: Estoy deseando volver a ver los norays.
3 Comments:
At 11:56 PM , Anonymous said...
Qué bonito es el 'vete', caramba. Tienes razón, ahora sólo existe la versión de Marlango
At 1:51 AM , Anonymous said...
En Circea tambien hay muchas ganas de verte y escucharte. Besos
At 11:01 PM , Lois Casino said...
BACK TO CIRCEA!!!
Coming soon...
:-)
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